Factores propios y ajenos
El mercado internacional de granos se debate entre los factores que le son propios y aquellos que, si bien no tienen que ver con sus fundamentos, impactan decididamente en estos productos por su carácter macroeconómico
Fuente: losprimeros
Tradicionalmente, este es un momento del año en donde los operadores internacionales empiezan a mirar cada vez menos el impacto de la cosecha sudamericana de maíz y de soja, al tiempo que van concentrando su atención en las estimaciones sobre el área a implantarse con estos productos en el hemisferio norte y, especialmente, en los Estados Unidos.
Sin embargo, este no es un año habitual. Además de los factores propios de oferta y demanda, existen un sinnúmero de variables que, claramente, tienen y tendrán un impacto determinante en la formación de los precios de los granos. En tal sentido, a los consabidos problemas logísticos en Brasil y a la retraída oferta argentina de la oleaginosa, se suman ahora algunas heladas registradas en el centro y en el sur de Buenos Aires y bajas temperaturas en otras zonas de la pampa húmeda que habrían generando frenos importantes en el desarrollo de los cultivos tardíos.
Si bien todavía es difícil medir el impacto en términos de volumen, ello contribuirá a reducir los guarismos de producción en nuestro país. A estos factores que poseen -en principio- un impacto positivo sobre las cotizaciones, se contraponen las variables económico/financieras internacionales. Sin lugar a dudas, la recomposición que vienen mostrando los mercados financieros (Dow Jones, Nasdaq, entre otros) en los Estados Unidos desde comienzos del año, muestra a las claras que por lo menos existe una visión un poco más optimista sobre el devenir de la economía estadounidense. Y si bien esta situación fue opacada esta semana por lo ocurrido en Chipre, las tendencias estadounidenses parecieran ir consolidándose.
Recientemente, las últimas declaraciones del titular de la Reserva Federal de los Estados Unidos, Ben Bernanke, van en el sentido de ir frenando la continua expansión monetaria, lo cual generó últimamente una marcada recuperación del dólar respecto de otras monedas, sobre todo del euro. Claramente, ello no es una buena noticia para las cotizaciones de las commodities en general y de los granos en particular.
Pareciera que existe una "movida" donde escapar de las materias primas es la premisa de buena parte de los fondos de inversión. Desde febrero último (momento en donde comienza la mencionada recuperación del dólar) se notan importantes bajas en los precios de las carnes, algunos granos y de los metales, como así también en las materias primas energéticas. Sólo algunos productos como el gas natural, la avena y el algodón logran resistir la tendencia bajista. Inclusive aquellas commodities denominados "soft" como el café, el azúcar o el cacao, muestran recortes importantes en sus cotizaciones.
Así las cosas, el mercado internacional de granos se debate entre los factores que le son propios y aquellos que, si bien no tienen que ver con sus fundamentos, impactan decididamente en estos productos por su carácter macroeconómico.
Aún así, si los problemas logísticos en Brasil se solucionan y las necesidades financieras "aprietan" a los productores en la Argentina, no pueden descartarse bajas coyunturales de aquí a cosecha. Sin embargo, con una oferta mundial de maíz y de soja que ha sufrido diferentes traspiés en los últimos años y frente a una demanda que no raciona al ritmo esperado, la próxima cosecha en los Estados Unidos tiene que ser sencillamente perfecta.
El mercado climático estadounidense será -una vez más- un momento exquisito para los amantes de la volatilidad. Y, con las bajísimas existencias actuales que ostentan tanto el forrajero como la oleaginosa, eso está garantizado.
COYUNTURA LOCAL
En el plano local, y ya casi definida la campaña 2012/2013, muchos productores a lo largo y ancho de nuestra región productiva comienzan tímidamente a revisar los números del negocio agrícola de cara a la próxima temporada 2013/2014. Los comentarios entre los productores son unánimes: "Los números no cierran".
Con el actual esquema de costos (muchos de los cuales suben en dólares) y de alquileres; un tipo de cambio fuera de toda competencia, y precios que, si los Estados Unidos tiene una buena cosecha deberían ajustar a la baja, la creatividad del productor para negociar dichos alquileres; encontrar los mejores canales de financiamiento, y elegir las alternativas productivas más ventajosas, sin duda será puesta a prueba.
En lo que a cotizaciones se refiere, las señales no son suficientes y el contexto de incertidumbre en materia de política económica no ayuda. Así las cosas, se torna muy dificultoso tomar decisiones en materia de precios. Claramente, la definición climática en el momento crítico de los cultivos en los Estados Unidos puede transformarse en una oportunidad valiosa.
La Nación
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