domingo, 26 de mayo de 2019

UNA PLATAFORMA PARA QUE EL CAMPO SEA OTRO



Una plataforma para que el campo sea otro







Las organizaciones de la agricultura familiar, junto a pequeños y medianos productores, técnicos del Estado e investigadores de universidades nacionales consensuaron una propuesta para una política agropecuaria nacional: un programa agrario que quieren presentarles a los candidatos presidenciales. Lo hicieron en un Foro que reunió a unos 3 mil delegados rurales en el Microestadio de Ferro. Al encuentro se acercaron además representantes de Pymes, recuperadas, cooperativas, vecinos de pueblos fumigados y consumidores interesados en una alimentación sin agrotóxicos. Buscan que el próximo gobierno ponga en su agenda políticas públicas que frenen el proceso de concentración económica en el campo y favorezcan la producción de alimentos sanos a precios populares.

“Uno de los principales logros del Foro fue atravesar un proceso de unidad que no ha sido sencillo, de las organizaciones campesinas, agrarias y de chacareros con otros sectores, como los técnicos agropecuarios y la gente de la academia”, sostuvo Ramón Gutiérrez, de la  Federación Nacional Campesina, sobre lo que dejó el Foro. En el FNC, explicó, hay productores de los corredores frutihortícolas de La Plata, Mar del Plata y Córdoba; familias que producen para el autoconsumo de Chaco y Salta; productores de palta de Corrientes; pequeños viñateros de San Juan; pequeños criadores de ganado de la Mesopotamia y de ovejas en el sur. Su característica común es que no tienen peones, es decir que producen en la agricultura familiar.

El primer punto del documento consensuado refleja su principal demanda: que sea aplicada la ley que en 2010 declaró de interés público la agricultura familiar, campesina e indígena. “La ley fue consensuada y sancionada, pero no entró en vigencia porque no se reglamentó, ni se fijaron los fondos para su implementación. Sus puntos hacen al acceso a la tierra –facilitando por ejemplo que el Estado pueda destinar tierras fiscales a la producción– y a la integralidad del desarrollo rural”.

Juan Manuel Rossi, presidente de Fecofe (Federación de Cooperativas Federadas) coincidió en que el principal planteo común fue el acceso a la tierra. Como representante de un sector de cooperativas de medianos productores (la Fecofe se escindió de la Federación Agraria Argentina en 2011, después del conflicto por la 125) señaló que llevaron al Foro “el tema de industrialización de la ruralidad y la ocupación del territorio”. “La Argentina tiene un 92 por ciento de la población concentrada en grandes ciudades, apenas un 8 por ciento de la población es rural. El índice mundial es de 75 a 25; somos unos de los peores alumnos del mundo en cuanto a la distribución del territorio. Para ocuparlo mejor, en el país hay que empezar a discutir quiénes son los dueños de la tierra y cuál es el sistema de arrendamientos”. En ese sentido, el programa propone la creación de créditos blandos, tipo Procrear pero para la compra de tierras destinadas a la producción, y una nueva ley de arrendamientos.

“Como pequeños productores de granos de la Pampa Húmeda, llevamos la propuesta de una ley de arrendamiento que promueva que la tierra sea trabajada por productores Pymes y locales y no por inversores especulativos que vienen a nuestras localidades, en competencia desleal por el uso de la tierra”, indicó Luciana Soumoulou, que participó del encuentro con otros productores del Distrito VI de la Federación Agraria, que cubre el centro y sur de la provincia de Santa Fe. La FAA, como institución, no fue al Foro, pero sí lo hicieron productores de base. 

El segundo planteo que llevaron fue el de la segmentación de las retenciones. “Nuestro sector es muy diverso. Hay productores de mucha superficie, de mucha escala; nosotros, como pequeños productores, no podemos ser tratados igual que los productores más grandes. Durante el gobierno anterior logramos segmentar las retenciones. Demostramos que, de un total de 75 mil productores de grano, 56 mil somos pequeños productores. Producimos el 17 por ciento de los granos. En 2015 demostramos que la segmentación se puede hacer: a los 56 mil pequeños  productores, el Estado les devolvía más o menos el total de las retenciones. Con el macrismo esta diferenciación se dejó de hacer”.

“Queremos un Estado presente acompañando a la producción de alimentos sanos a precios justos”, dijo Nahuel Levaggi, de la UTT, sobre la propuesta elaborada en los dos días de debate. “Esto tiene que ver con fomentar el acceso a la tierra, promover la agroecología, fomentar los mercados locales para garantizar una cadena de comercialización más justa”.

La agroecología apareció planteada en términos de impulsar su desarrollo. “Algunos quinteros ya están produciendo sin agroquímicos, muchos todavía no, como la mayoría de los productores de granos. El modelo no va a cambiar de la noche a la mañana. Lo que hay es un proceso de concientización de los productores y consumidores. Vivimos en un sistema cuyo primer valor es la renta y no la vida humana, no se prioriza la calidad de los alimentos sino cuánto dinero producen. Por eso tiene más importancia haber podido construir esta propuesta, dejando las diferencias de lado”, concluyó Miguel Gómez, del Movimiento Nacional Campesino Indígena. “La soberanía alimentaria implica también poder definir qué alimentos queremos y podemos  producir.”

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PUERTO, CAMPO Y NEGOCIOS

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